La lucha por los estándares laborales continúa en Minneapolis

La financiación para el co-cumplimiento de los estándares laborales ha sido aprobada, mientras que una propuesta del Concejo de Estándares Laborales está en juego.

Este artículo también está disponible en inglés. Traducción de María Uhlmann.

James trabaja como camarero, barman, y barista en el centro de la ciudad de Minneapolis. En 2023, James se hizo miembro del Centro De Trabajadores Unidos En La Lucha (CTUL), una organización sin fines de lucro que aboga por los trabajadores mal remunerados en las Ciudades Gemelas de Minneapolis y Saint Paul. James, quien pidió que solo usáramos su primer nombre para protegerse de represalias, menciona que espera que en un futuro, el Concejo de Estándares Laborales de Minneapolis se enfoque en las condiciones laborales de la industria restaurantera. “Poder trabajar horas consistentes sería algo maravilloso para mi, porque una cosa es tener todos estos beneficios trabajando para una empresa, pero de nada sirve si no te dan suficientes horas,” dijo. “He visto que a algunos compañeros de trabajo les dan menos horas como medida represiva.” 

Como la primera ciudad en el medio oeste que aprobó el sueldo mínimo de $15 por hora, a menudo se describe a Minneapolis como un lugar con estándares laborales fuertes. Pero la Lucha por $15 de las Ciudades Gemelas fue una coalición de movimiento comunitario liderado por trabajadores y activistas que se organizaron para presionar a los líderes de la ciudad por el cambio, y esos trabajadores y organizaciones continúan la lucha para lograr mejores estándares y cumplimiento de las normas hasta hoy. Una de esas luchas ha sido establecer un Concejo de Estándares Laborales, una herramienta para mejorar las condiciones laborales en industrias específicas, mediante una resolución del ayuntamiento. El pasado jueves 5 de diciembre, al ayuntamiento de Minneapolis le faltó un voto para anular un veto del alcalde Jacob Frey de la resolución que el concejo había aprobado 9-3 en noviembre. 

El alcalde señaló la falta de apoyo de los comerciantes que dicen que no participarán en el concejo, y que el mismo, impondrá regulaciones que dañarían sus operaciones, aunque no tenga poder de formular políticas o de aplicación de ley. El concejo, cuyo objetivo era ser un órgano asesor, tendría el poder de crear concejos para industrias especificas que investigaran las condiciones laborales y recomendaran políticas. Esas políticas deberían ser aprobadas por el ayuntamiento y el alcalde. Los defensores e investigadores mencionan que este tipo de concejo, el cual tiene raíces en la era progresista de inicios del siglo XX, otorga voz a los trabajadores, sobre todo a aquellos que no están afiliados a un sindicato, es decir, más del 90% de la fuerza laboral. 

Cathy también es miembro del CTUL y tiene dos trabajos en el sector restaurantero: uno en el centro de Minneapolis, y otro en Saint Paul, Minnesota. A principios del verano, ella fue parte de un grupo de trabajadores que entregaron una petición en apoyo al concejo al fiscal municipal en Junio. “Tuve la oportunidad de hablar con mis compañeros de trabajo, y explicarles de qué se trataba, para que firmaran la petición,” dice en español mediante un intérprete. Ella dice que disfruta trabajar en el centro de la ciudad, lo cual le ha permitido ir a citas médicas con sus hijos. “Tengo un hijo con autismo, y de esta manera pude ir a casa y pasar tiempo con él entre ambos trabajos,” dice. 

Un reporte reciente por el El Center for American Progress (El Centro para el Progreso Estadounidense, en español), evaluando el éxito de los concejos de estándares de las industrias en seis estados y tres ciudades concluyó que tales concejos tienen más éxito cuando se les da la autoridad legal para emplear personal y hacer ley sus recomendaciones, poderes que el Concejo de Estándares Laborales no tendría. 

Muchos propietarios de negocios locales se opusieron al concejo, pero la campaña que ha liderado la oposición, Save Local Restaurants (Salva los Restaurantes Locales, en español), es apoyada por grandes grupos de la industria restaurantera, tales como la Asociación Nacional de Restaurantes y la Asociación Internacional de Franquicias. La industria restaurantera se ha vuelto la cara de la oposición, pero hay trabajadores en industrias distintas que podrían estar protegidos por el concejo, incluyendo a trabajadores de cuidado infantil y trabajadores de condominios. 

Aunque ya existen estándares laborales para proteger a los trabajadores, es necesario hacerlos cumplir. Es por eso que los trabajadores y organizaciones como CTUL, que promueven el Concejo de Estándares Laborales, también han abogado por que la División de Cumplimiento de Estándares Laborales (LSED, por sus siglas en inglés) reciba financiamiento continuo para un programa de co-cumplimiento.  

El pasado 10 de diciembre, el ayuntamiento votó 10-3 para adoptar un presupuesto de 1,88 millones de dólares, que incluye el presupuesto para el LSED, encargado de recibir e investigar quejas de violaciones laborales y buscar soluciones con los empleadores. Como parte del programa de co-cumplimiento, la agencia se asocia con CTUL para proveer capacitación sobre sus derechos a los trabajadores, muchos de los cuales no conocerían sus derechos, y tendrían que lidiar con la dificultad de reportar las violaciones.  Según CTUL, el presupuesto de la agencia ha crecido cada año, sin embargo, fondos adicionales de la Ley del Plan de Rescate Estadounidense (ARPA, por sus siglas en inglés,) se están terminando, y el presupuesto sugerido del alcalde representaría recortes de aproximadamente 74%. 

La enmienda propuesta al presupuesto del ayuntamiento para fundar al programa inicialmente se aprobó con un voto de 8-5 en la reunión del comité de presupuesto. En 2024, la ciudad proveyó una base de $182,630 para el programa. Fondos adicionales de ARPA lo incrementaron a $700,000. El alcalde propone $182,630 para el trabajo de co-cumplimiento para 2025, mientras que el concejo propone un incremento de $500,000, resultando en un presupuesto de $682,630. El presupuesto aún no ha sido aprobado por el alcalde. 

Una investigación por el Workplace Justice Lab (Laboratorio de Justicia Laboral en español) encontró que las violaciones al sueldo mínimo en el área metropolitana de las Ciudades Gemelas les ha costado a los trabajadores unos $886 millones de dólares en la última década, y que las industrias con la incidencia más alta de violaciones se proyectan para incrementar el empleo. Según el CTUL, la asociación de co-cumplimiento con la ciudad, ha resultado en la recuperación de más de $1.6 millones en salarios robados. 

Trabajadora y miembro del CTUL Estela Tirado posa con su hijo Freddy después de testificar en la junta del ayuntamiento. Foto por Amie Stager. 

Estela Tirado es miembro del CTUL quien trabaja en el centro de Minneapolis. “Sin el programa de co-cumplimiento, y centros para trabajadores como el CTUL, no hubiera conocido mis derechos,” dice en español mediante un traductor en la junta del ayuntamiento. “Hoy estoy aquí en mi tercer trimestre de embarazo porque no tengo que mi hijo tenga las mismas experiencias que yo.”  

A nivel nacional, los fondos gubernamentales para estándares laborales se han estancado, aunque violaciones tales como robo de salarios son comunes, la fuerza laboral se ha incrementado, y los empleadores siguen encontrando “fisuras”, que hacen el cumplimiento de la ley más complicado. El cumplimiento de la ley a menudo depende de los trabajadores, como James, cuyos empleadores tal vez no informan a los trabajadores sobre sus derechos y políticas como días libres por enfermedad y seguridad. 

“A inicios de este año, me enfermé de mononucleosis,” dijo James. “Logre hablar con CTUL y me informaron sobre la ley. Dije, ‘Oh, gracias a Dios que podré pagar la renta.’”

James, quien es transgénero, tiene la esperanza de que se logre protección para los trabajadores transgénero. “He visto empleados transgenero que se les ha tratado con represalias, simplemente porque son trans, porque los gerentes tienen algún prejuicio contra los empleados trans, por lo tanto, les dan menos horas de trabajo,” dijo. 

Cathy menciona que ella espera que le den más tiempo libre remunerado. La última vez que pudo salir de vacaciones fue hace 10 años, y fueron vacaciones dentro de su casa con sus hijos. Cathy compartió que si pudiera tomar vacaciones, llevaría a sus hijos a Florida. 

Muchos grupos de trabajadores se han pronunciado en contra de la propuesta del Concejo de Estándares Laborales, aseverando que está conformada por influencias de los corporativos. En lugar de estar compuesto por cinco representantes laborales, cinco que representan los intereses de los empleadores, y cinco representantes comunitarios, el alcalde ha propuesto un Concejo de Estándares Laborales cuyos miembros estén divididos en partes iguales entre representantes laborales y de empleadores. La propuesta también requeriría que el concejo tuviera un consenso de súper mayoría antes de avanzar recomendaciones al ayuntamiento, así que las recomendaciones se podrían bloquear más fácilmente. 

“Lo que propone el alcalde es un concejo en que los empleadores puedan vetar cualquier recomendación. Protege el status quo que todos nosotros, (el alcalde Frey incluido), hemos dicho que no está funcionando,” dijo Greg Nammacher, presidente del SEIU Local 26, que representa trabajadores de limpieza y de seguridad, en una declaración. “Si el alcalde quiere lograr una ‘Junta Sin Estándares’ que proteja los intereses empresariales a todo costo, puede proponerlo. Nuestros grupos se opondrán activamente.”

ACTUALIZACIÓN: El 11 de diciembre, el alcalde Frey anunció que vetaría el presupuesto, convirtiéndolo en el primer alcalde en la historia de Minneapolis que haya vetado un presupuesto. Sin embargo, el pasado 12 de diciembre, el ayuntamiento también hizo historia al votar 9-4 para anular su veto. 

Amie Stager is the Associate Editor for Workday Magazine.

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